«Una de las tesis de este libro sustenta que varias figuras, tales como: la «»Mujer del Tercer Mundo»» en el Sur Global; el «»musulmán»», los «»inmigrantes»» y «»refugiados»» en Europa y Estados Unidos; el «»negro»» e «»indio»» (mapuche) considerado «»terrorista»» en la Patagonia Argentina y en Chile, son inscripciones simbólicas sobre las cuales la nueva razón imperial occidental inscribe su odio racial y su amnesia. Un odio racial que es geopolítico. El neoliberalismo conservador que es el fundamento de esta nueva razón imperial se asienta en sociedades que, al quedar expuestas a la intemperie del capital, con poblaciones expulsadas de sus territorios y despojadas de sus derechos, pueden ser interpretadas bajo una lógica más próxima a un sistema de castas que de clases. Sus cuerpos fueron marcados por la «»raza»». Cuerpos impregnados por la Historia en las coloniales y en las ex-colonias, bajo la zonificación del mundo que delinearon las metrópolis con la fuerza de la violencia. A menudo, construyendo limbos legales como los campos de concentración que tuvieron como laboratorio los sistemas esclavistas de las plantaciones en el Caribe.»